La prevención de las infecciones de la herida quirúrgica (IHQ) en el quirófano es una prioridad de todos los equipos perioperatorios. Las IHQ no sólo son una carga económica, sino que además son catastróficas para algunos pacientes, provocando índices significativos de morbilidad y mortalidad.1 Para el sistema sanitario, las IHQ tienen un coste elevado, y algunos países, entre ellos Estados Unidos y Australia, han adoptado sistemas de "pago por rendimiento", en los que los costes adicionales asociados a IHQ específicas, o bien no son cubiertos por el seguro o bien se penaliza al hospital por cada IHQ mediante la negación de financiación gubernamental.2 Los trabajadores sanitarios deben llevar a cabo múltiples mejores prácticas de prevención de infecciones como protección contra la transmisión de agentes potencialmente infecciosos. El equipo de protección individual nunca ha sido más importante. Prácticas como el doble enguantado, el uso de tecnología antimicrobiana en los guantes quirúrgicos y de descontaminación (sólo disponible en Canadá), la correcta manipulación del humo quirúrgico y el uso de mascarillas quirúrgicas cuando esté indicado, el uso de sábanas desechables de barrera antimicrobiana, los kits de rotación quirúrgica, los posicionadores para pacientes y la práctica de seguridad con objetos corto-punzantes son todas ellas consideraciones importantes a la hora de mejorar los resultados de seguridad. Siga leyendo sobre problemas potenciales en el control de infecciones, los riesgos de exposición y las medidas preventivas, junto con otras recomendaciones de seguridad para mantener las mejores prácticas de control laboral y ofrecer una atención segura y efectiva.