Varios factores pueden contribuir a la contaminación en las salas blancas. Las malas prácticas en el uso de batas, como ponerse o quitarse incorrectamente el EPI, pueden introducir partículas en los entornos controlados. Los contaminantes transportados por el aire, incluidos el polvo, los microbios y las células de la piel, suponen un riesgo importante para la integridad del producto. Los problemas de integridad de los EPI, como desgarros, pinchazos o un ajuste inadecuado, también pueden provocar contaminación. Además, la manipulación incorrecta de los materiales y las superficies desprotegidas pueden introducir partículas que comprometan las normas de las salas blancas.